Mi regalo fue... Felicidad

Porque no quería ver a mi familia en este día, pedí quedarme solo en casa. Aún cuando sabía que no sería agradable, conociendo el daño que esto me causaría, lo decidí. Si mi sufrimiento en algún momento los afectaba me sentiría más terrible que ahora.

El dolor me consume mientras un vacío se acrecentaba en mi pecho, haciéndome temblar de angustia. Las líneas rojas que aparecen en mi brazo aumentan aquellos nervios en mi cuerpo, hasta que termino golpeando mi espalda contra la pared. Muerdo mis dedos mientras lloro de desesperación, ahogando mis gritos en la habitación oscura, las luces encendidas me harán sentir más miserable. Pero incluso con esta situación todo lo que mi corazón anhela es un poco de felicidad, aunque fuera una mínima parte, me desgarra el reconocer que al menos hoy, no podré conseguirlo.

Mis amigos, no pudieron venir a celebrar conmigo, incluso cuando teníamos algo planeado, al final se canceló, cada uno tuvo que festejar con su familia, pero lo entendí en su momento. Ahora, quisiera gritar cuánto los necesito a mi lado, lo mucho que significaba que hoy estuvieran acompañándome y alejarme de esta asquerosa sensación de debilidad. Quizá me estoy mintiendo a mí mismo, si están o no, nada cambiaría, igual me sentiría de esta manera.

Los pensamientos autodestructivos continúan mientras estoy lavando mi cara, enjuago mi brazo que continua ardiendo, lo cual me llena de una sensación de éxtasis, porque si no lo manejara de esta manera correría peligro de querer continuar hasta que me calmara o muriera.

Me cobijo, estoy helado, puedo sentir el frío acabando con mis pies, la leve calidez que me ofrece mi cama y la seguridad que me cubre al escuchar una canción tranquila es lo único que me relaja. Las lágrimas se detuvieron, los restos de lo sucedido hace apenas unos momentos atrás se graban en mi mente hasta cansarla y, finalmente caigo rendido ante el cansancio, cansado del dolor y de la vida.

Hoy era una noche feliz, pero he terminado tan agotado por una maldita crisis.

Por la mañana un ruido irrumpió en mi sueño cálido, en el que mi familia y amigos estaban ahí, abrazándome mientras estaba deprimido. La voz de mi madre diciendo que era hora de levantarme no funcionaba del todo, tomo las cobijas con más fuerzas y cubro mi rostro. Hasta que mención de su nombre me hizo abrir los ojos de repente y levantarme rápido, quiero ver a la persona que más extrañé ayer, Haon.

Había llegado a visitarme después de tener una larga noche festejando con los demás artistas de H1GHR Music y AOMG, o al menos eso me contó. Y al igual que un hermoso regalo, uno a uno los miembros de Kiff Clan fueron llegando, diciendo "Feliz Navidad" mientras sus brazos me rodeaban con fuerza, hasta olvidar lo deprimido que estuve la noche anterior.

Comentarios