Capítulo Único

El amor es un sentimiento difícil de comprender, incluso el darle un significado es complicado, es por ello que todos le damos un sentido diferente.

A mis 19 —casi 20— años, no me he sentido nunca de esa manera, en ningún momento me ha atraído tanto alguien como para decir que me enamoré.

Pero tengo otro tipo de "amor", uno más loco y obsesivo. En mi gusto extraño de emparejar a mis compañeros de clase —y no me refiero a las típicas parejas, sino una homosexual— y he caído profundamente por una en especial.

Vinxen y Haon son chicos de mi salón que me parecen una ternura al verlos juntos. El primero con un aura triste y sombría siempre luce radiante cuando el otro está a su lado, y Haon es una persona tranquila y brillante, más de lo que es usual en los demás, puedo decir incluso que a mí me contagia.

Yo no soy una persona precisamente especial, pero siempre destaco por mis buenas calificaciones. Aunque hay muchas cosas que preferiría tener antes que un gran intelecto, y son con respecto a mi cuerpo, el cual junto a mi forma de pensar me ha llevado a un complejo de inferioridad. Quizás no es bueno que me sienta así, pero estoy trabajando en ello, y honestamente tener a HaXen —como he bautizado a la pareja de Haon y Vinxen— me da de cierta manera fuerza.

Quizás en el aire está la pregunta del porqué los emparejo, y la respuesta es simple, porque se ven jodidamente hermosos juntos.

He visto como el humor de Vinxen cambia drásticamente cuando Haon no asiste a clases, se vuelve más callado y distante, pareciera que no puede vivir sin él, sin la persona que lo llena de energía, bueno, "nos llena", porque como lo dije antes, él también me contagia a mí. Juro que su sonrisa de conejo tan tierna hace latir mi corazón como loco y supongo que el de Vinxen late igual o más que el mío cuando lo tiene cerca.

Además necesito aprovechar la fiesta que realizará la escuela este 14 de febrero —mañana—, ya que posiblemente vea mucha interacción entre ellos. Tan solo imaginarlo me emociona. De momento estoy absorta en la miel que se derrama frente a mí —figurativamente hablando—, los veo sonreírse mientras Haon acaricia la cabeza de Vinxen, quien se inclina ligeramente en su hombro para sentir sus dedos deslizarse entre su cabello. Esta imagen me ha alegrado el día por completo, porque a pesar de acercarse el día de San Valentín, con mi nulo contacto con mis compañeros para entablar una amistad y mi duradera soltería no tengo esperanzas de que suceda algo nuevo.

Después de salir de la escuela me dirijo a casa para descansar, ha sido un día agotador y emocionante. HaXen ha hecho mucho hoy. Primero, mientras sucedía lo que anteriormente conté —sobre Haon acariciando a Vinxen—, una chica se le acercó a nuestro cálido niño y le dijo que su sonrisa lucía especialmente radiante hoy.

—¿Cómo no sería posible si está junto a mí? Además, él siempre es encantador. —Respondió Vinxen, y yo al escuchar esto no pude evitar un grito interno, menos aun cuando vi las orejas del adulado tornarse rojas.

Luego, durante nuestra tutoría nos pidieron juntarnos en parejas para un intercambio, la decisión se tomó porque hacerlo al azar —como en años anteriores— podría ser molesto para la mayoría. Nuevamente HaXen hizo de las suyas pues a pesar de que otros chicos y chicas les pidieron ser sus parejas los rechazaron para estar juntos. Debido a que nuestro grupo es impar tuvo que haber una tercera persona en discordia entre ambos, lo más triste de este asunto es que esa "arrimada" tuve que ser yo.

En realidad la profesora no fue quien nos juntó, lo que paso fue que al verme triste y cabizbaja en mi asiento Haon se me acercó seguido de su pareja, y me pidieron —más bien convencieron— para formar una trina con ellos, y después de una plática decidimos quien regalaría a quien, yo a Haon, él a Vinxen y este último a mí.

Antes de llegar a casa paso a la tienda, quien me atiende es Wonjae. Si tan solo pudiera invitarlo a nuestro festejo escolar... Pero no es posible, no somos tan cercanos. Constantemente lo observo, cuando sonríe me conmueve, sus ojos pequeños y labios gruesos lucen tan exquisitos para mis ojos.

Espero mi turno en la fila, cuando finalmente llega, siento como mis piernas tiemblan. Me mira, sonríe —¡Tan lindo! ¿Acaso me quiere matar?— mientras me cobra y viendo que no hay nadie detrás de mí me detiene.

—Hace un rato pasaron compañeros tuyos hablando sobre una fiesta para mañana —dice y muevo la cabeza afirmando y él prosigue— este mes mi novia ha viajado a Canadá por un trabajo, así que mañana estaré solo, pero quisiera saber si podría acompañarte, claro, si no tienes planes ya. —Me mira fijamente y al ver que muevo nuevamente la cabeza, pero esta vez negando sonríe—. Además me gustaría visitar mi antigua escuela.

Su rostro claramente dejaba ver sus 22 años, aunque para mí él siempre luce juvenil y adorable. A pesar de sentirme como "la última opción", acepto, porque no espero más que disfrutar el día con él. Tomo mi bolsa con las frituras que he comprado y sigo mi camino a casa.

En la esquina logro ver que está un grupo de "vagos" —sobrenombre dado por mi madre— así que intento apresurarme, sin embargo el día de hoy no puede terminar bien, y cuando menos lo espero Bloo ya viene a mi encuentro.

—¡Hola! —Grita asustándome, claramente huele a alcohol—. Ya te esperaba ¿sabes? Unos de tus compañeros fueron muy amables y me dijeron que no tienes con quien pasar el día de mañana, por eso vine a verte. —Dijo mientras sonreía.

Ya mencioné que adoro la sonrisa de Wonjae, sin embargo la de Bloo carcome el alma, es de cierta forma sexy, pero este tipo no me agrada lo suficiente como para dejar que me mueva el corazón.

—Pues la verdad si tengo con quien pasar el día. —Respondí dibujando una línea curva con mis labios que no podría llamarse sonrisa.

El sorprendido por mi respuesta se acercó más a mí.

—¿Con quién? —Su voz era tranquila pero rasposa y celosa. Lo que me hizo sentir un poco de temor. —No es asunto tuyo. ¡Maldito borracho! —Estas últimas palabras las solté llena de miedo, quería que se alejara de mí, y lo logré, pero su mirada lucía triste, como si estuviera a punto de llorar, bajó la cabeza y me abrió la puerta. —Si eso es todo lo que piensas de mí no hay mucho que yo pueda hacer. —Y antes de disculparme mi madre me vio y tomó del brazo para meterme a la casa.

Despierto algo cansada. Durante toda la noche pensé en Bloo, la forma en que le hablé no fue la correcta, y siento un nudo en la garganta, me siento mal conmigo misma.

Estoy frente a una tienda de regalos pensando qué comprar para Vinxen, nada se me ocurre realmente, así que entro y me aventuro. Dando vueltas de un lado a otro me confundo, hay tantas opciones y ninguna me convence, hasta que como por arte de magia encuentro algo especial, unos llaveros de pareja, lo divertido es que son de 2 abejas obreras, esto claramente se ve porque ninguno parece la reina, pienso que fue un error de producción, pues los demás llaveros si tienen a un "abejo" con su abeja reina, lo que hace de estos unos singulares y únicos.

Los pago y pido que sean puestos en cajitas para regalo. También he comprado un regalo para Vinxen, después de tanto mareo por las vueltas tenía que encontrar algo bueno.

Me dirijo a la casa para bañarme y ponerme algo decente, que eso de ser "guapa" no es lo mío. Wonjae me envió un mensaje esta mañana diciendo que me encontraría en la tarde en la escuela.

Una vez que me siento bien con la ropa que he elegido —una playera a rayas como cebra con una chamarra negra encima y un pantalón beige algo ajustado— salgo de mi casa con dirección a la escuela. En el trayecto puedo sentir mariposas en el estómago, quizás serpientes que se comen esas mariposas. Confirmado, estoy demasiado nerviosa.

Estando cerca de la puerta puedo ver a Wonjae, su ropa se le ve genial, una playera gris y unos... ¿Jeans? Estoy sorprendida, tal vez se debe a que generalmente lo veo con pants pero se ve muy atractivo. Mis ojos parecen algo nerviosos mirando de un lado a otro evitando mirarlo directamente, no lo saludo de beso porque no me gusta el contacto físico, al menos no tan cercano.


—Te ves muy linda hoy. Bueno, siempre eres linda, pero hoy luces aún más bella. —Estas palabras tuvieron un efecto en mí, ahora estoy sonrojada, gracias Wonjae.

Le pido que vayamos a mí salón pues aún falta que hagamos un intercambio de regalos. Como si todo me saliera mal —nada nuevo— me entero que ya terminaron todos, solo faltaba yo y mi querido HaXen. Torpe y despistada que soy. Nos ponemos en un pequeño círculo y nos damos nuestros regalos, mientras con una mano damos, con la otra recibimos. El mío es... ¿Un marco? Sí. Es un marco. Pero... ¡No solo eso! ¡Hay una hermosa foto de HaXen! Me miran sonrientes.

—Sabemos que nos emparejas y que te gusta eso, así que decidimos que tu regalo lo haríamos entre los 2. La foto fue tomada por mi primo y el marco lo hicimos a mano, espero no te hayas decepcionado. —Explico Vinxen.

No me decepcionaría nunca, no de un regalo tan hermoso como este. Comienzo a llorar, mi corazón ha sido tocado por su gentileza.

—¿Quién la hizo llorar? —Escucho una voz algo seria, sé de quién es, y eso hace que mi llanto incremente.

Me limpio y lo veo, cerca de la puerta sonriéndome, su cabello está peinado —algo que me hace reír un poco—, está usando unos vaqueros y una playera blanca. Hay algo más que me hace acercarme a él, no está borracho.

—Pensé en lo que me dijiste. —Mencionó un poco serio y triste—. No pienses que estuvo mal decirlo, a veces es necesario que las personas reciban un golpe de realidad para darse cuenta de lo mucho que están cayendo, y por eso te agradezco. —Me abrazó. Fue tan cálido que no pude evitar devolverlo. Su sinceridad me hizo pensar que él en el fondo era una buena persona. Solo que el alcohol sacaba lo peor de él.

Una vez que nos separamos fui por los regalos que había dejado en una silla, los llaveros que compré especialmente para HaXen. Se los entregué y ellos al abrirlos sonrieron muy felices.

—Ahora seremos una verdadera pareja. —Dijo Haon a Vinxen mientras se sonrojaban y sonreían. Escena que me encantó. Conclusión, dinero bien invertido.

El atardecer hacía un rato que se había ido, y la oscuridad era lo que se manifestaba ahora. Eso solo significaba una cosa: fuegos artificiales.

Yo tuve que ir al baño, pero los 3 se pararon frente a la ventana para verlos mejor. HaXen juntos, a su derecha Wonjae y a su lado Bloo.

Al volver me llevé la más grata sorpresa... ¡HaXen se había tomado de las manos!

Sus dedos entrelazados sosteniendo los llaveros que les había regalado en la otra mano, Haon recargando su cabeza en el hombro de Vinxen, y éste poniendo y su mano en el hombro del otro. ¿Cómo calificaría esto? Como... A-R-T-E.

Me pongo al lado de Bloo para ver los fuegos artificiales. Empiezan los silbidos y finalmente van estallando uno a uno. Parecen hermosas estrellas —contaminantes estrellas—, mientras disfruto la escena frente a mí siento una mano sobre mi hombro, y de repente un rostro cerca de mi oído, es Bloo.

—Gracias por este día, linda. —Susurra con una voz exquisita para mis tímpanos casi sordos por el estruendo de los fuegos artificiales. —Te quiero... —Se detiene y puedo sentir un suspiro que me deja inmóvil. Finalmente termina la frase—. AMIGA. —Sonrío. Tonta de mí. Bueno, no esperaba nada, aunque admito que por un momento nacieron esperanzas en mí.

Este ha sido un buen 14 de febrero, si bien no tuve un día romántico o conocí al amor de mi vida, ni se me declaró nadie, lo disfruté. Mi pareja favorita me hizo un regalo, tuve la oportunidad de pasar una tarde agradable con el chico que me gusta y me di la oportunidad de hacer un nuevo amigo.

¿Puedo decir que me he enamorado? La respuesta de alguno será un "NO", pero de otros será "SÍ", y prefiero quedarme con esta última, porque así me siento, enamorada de este día, de este momento, de este recuerdo.


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